Entre el talento político, la comunicación creativa, las miserias de sus rivales y la suerte que parece estar de su lado, el Gobierno de Javier Milei pasa por su mejor momento desde que llegó al poder. Están de racha, les salen todas: se lo reconocen a un lado y al otro de la grieta. La baja de la inflación, los leves signos de recuperación económica, la centralidad discursiva, los alineamientos internacionales y la polarización con una cada vez más deslucida Cristina Kirchner (su enemiga favorita) pone al oficialismo en una situación de privilegio.
La racha de Milei
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Esta fue una semana en la que Milei debe haber sentido reconfirmada su convicción de ser el máximo referente de “las ideas de la libertad” en el Mundo y “uno de los dos” políticos más importantes del planeta. Ahí estuvo a los abrazos con Donald Trump, del que confía que obtendrá fondos a través del FMI que podrían financiar un eventual crecimiento de la economía argentina en 2025. No faltó tampoco la foto con el magnate Elon Musk.
La otra cara de esa creencia de Milei es que los dirigentes políticos argentinos son “liliputienses” que no están a su altura. Los que esta semana enarbolaron la defensa a Cristina Kirchner y su derecho a cobrar 20 millones de pesos como asignación de privilegio parecen empeñados en darle la razón al Presidente.
Por fuera del desprestigiado universo kirchnerista, el gobierno tiene bajo control el margen de acción de todo el arco político. Mauricio Macri y los suyos piden cargos en la administración, pero no se los dan. No les queda otra que bancarse el destrato porque Milei les arrebató su base electoral. También están en dificultades los sectores moderados, que no se identifican con el kirchnerismo y quieren ser la “oposición racional” a Milei. Sobran nombres: Martín Lousteau, Horacio Rodríguez Larreta, Facundo Manes, Emilio Monzó, Florencio Randazzo, Miguel Ángel Pichetto. Pero faltan votos.
A Kicillof también lo tuvieron “domado” esta semana. Con su aparato de comunicación y la ayuda de algunos comunicadores amigos, el oficialismo logró instalar como tema de discusión los supuestos “libros pornográficos” que el Estado Bonaerense reparte en las secundarias. En rigor, es solo un párrafo de una novela de 150 páginas, que por supuesto nadie se tomó el trabajo de leer completa, y está destinado a los estudiantes del segmento superior de las secundarias. El periodista Eduardo Feinmann, por ejemplo, leyó indignado los fragmentos de la polémica en su programa de Radio Mitre en el que es líder de audiencia, y luego se hizo viral. Así aumentó la exposición que tanto le preocupaba. Y lo hizo sin protección ni contexto para los menores. Minucias.
En este mapa, si fuera por el asesor todopoderoso Santiago Caputo, las elecciones legislativas deberían ser mañana. Así, el Presidente se aseguraría un número holgado en ambas cámaras del Congreso que le permitiría gobernar sin depender de aliados molestos como el PRO o la UCR. Pero la mala noticia para el oficialismo es que faltan muchos meses para votar, y cada vez más economistas alertan por los problemas del atraso cambiario y la inconsistencia del programa de Luis Caputo.
Está claro que el gobierno de Milei no inventó las desprolijidades de la economía argentina. Pero no parecería ser una buena señal que el precio del metro cuadrado de construcción en dólares esté cerca de los máximos históricos, mientras que vacacionar en Brasil no era tan barato desde la década del 90. Menos asado de obra y más caipirinha en Buzios.
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