La primera reacción de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich cuando se conoció que un fotógrafo había quedado gravemente herido por el accionar de la Policía en la manifestación del Congreso fue comentar que la víctima es militante kirchnerista y empleado municipal de Lanús. ¿No deberíamos estar casi todos más o menos de acuerdo en que ser kirchnerista no es motivo suficiente para que en una protesta social te vuelen la cabeza, sobre todo si lo único que estás haciendo es sacar fotos? Evidentemente no existe un consenso sobre ese punto porque la frase de Bullrich para intentar “pegar” al herido con el kirchnerismo no es un error ni un exabrupto: es una justificación que a una parte importante de los argentinos le alcanza y genera un mini “algo habrá hecho”.
A puro relato
Por Manuel Nieto (@NietoManuelOk).
Así que Bullrich después minimizó lo sucedido con Pablo Grillo y no promovió ninguna investigación interna en la Policía Federal. La diputada oficialista Lilia Lemoine se regodeó con que “para hacer un omelette hay que romper un par de huevos” y el Presidente Milei dijo que “los buenos son los de azul y los malos los que tienen trapos en la cara”, como si no hubiera ninguna posibilidad en el medio de esos dos “bandos”.
Para complementar su relato, el Gobierno siguió con una delirante denuncia por “sedición” en la que involucró a los intendentes de Lomas y de La Matanza en la organización de la protesta en el Congreso. No mostró ninguna prueba, pero agarró los dos nombres más temibles del Conurbano para victimizarse de un intento de golpe “a lo 2001”. Todas estratagemas para agitar fantasmas que metan miedo y consoliden la base de sustentación de La Libertad Avanza.
Claro que el accionar desmedido de la Policía y la brutalidad en el mensaje de los dirigentes oficialistas no salva a los barrabravas o a quienes ejercen la violencia en las protestas como un deporte o una actividad profesional. Si el logro más palpable de la gestión Milei es la baja de la inflación, el segundo puesto lo ocupa la tranquilidad de la calle, con el final de los piquetes diarios en la 9 de Julio que le complican la vida a cientos de miles de personas.
Sobre ese punto, hay que tener en cuenta que el Gobierno consiguió paliar los cortes de avenidas menos por los palos en la calle que por haberles quitado a los movimientos sociales el manejo de planes y cooperativas, con lo cual ya no pueden presionar a sus bases para que asistan a las marchas. No fue Bullrich la que le puso un freno a los piquetes, fue Sandra Pettovello, la ministra de Capital Humano, en el marco general de la decisión de no hacer recortes en los programas de asistencia directa.
Termino con un aviso parroquial, acá entre nosotros. Esta semana El Diario Sur lanza su canal de streaming, que se podrá seguir a través de YouTube. Entre tanta oferta de horas y horas de gente que debate al aire si es mejor el verano o el invierno o qué punto es el ideal para comer el asado, vamos a hacer una apuesta por un programa periodístico con tono distendido que siga la agenda informativa de la región y genere espíritu de comunidad con los vecinos. Hacia eso vamos.
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