El último domingo 27 de abril, el padre Waldo Brítez asumió como nuevo cura de la Parroquia Inmaculada Concepción, en Monte Grande. "El primer mes es como la luna de miel, pero después me van a empezar a encontrar los defectos", expresó el sacerdote entre risas a El Diario Sur.
La historia de Waldo Brítez, el nuevo cura de Monte Grande: tiene 67 años y nació en Lanús
Asumió este domingo como párroco de Inmaculada Concepción, en Monte Grande. Antes estuvo al frente de una parroquia en Ingeniero Budge.
Cabe destacar que Brítez, de 67 años, llegó en reemplazo del padre Carlos Ramos, quien acompañó a la comunidad de la zona desde 2015 hasta ahora, ya que fue designado como párroco de San Alberto Magno, en Villa Albertina.
Entrevistado por este medio, el nuevo cura de Monte Grande contó que nació en Lanús, Villa Caraza. Sobre la decisión de ser cura, comentó: "Fue una llamada de Dios que llegó a través del ejemplo de curas del barrio y de mi participación en grupos juveniles, por la alegría de servir y estar con la comunidad. Vi que ahí era el lugar en el que Dios quería que desarrollara mi vida. Así que tomé la decisión".
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"Cuando uno siente que Dios lo llama no tiene que andar dando muchas vueltas. Cuando más o menos dos o tres personas dicen que puede ser, un cura, un amigo, un dirigente de jóvenes... Hay que tirarse a la pileta, porque si no uno vive toda la vida con la espina de lo que podría haber sido", aseguró. Y añadió: "Conocí a Dios en la vida ordinaria de un chico de parroquia, con misa, los sacramentos, un grupo juvenil. Ahí descubrí mi vocación y que Dios estaba presente en la Eucaristía, en la Palabra, en el hermano y en la necesidad de la gente".
A sus 20 años ingresó al seminario, y a los 27 fue ordenado diácono. "Estuve trabajando en la parroquia San Francisco de Paula, en Ingeniero Budge, en el año '85, y coincidió con una gran inundación. Después me llevaron a Cristo Rey, en Guernica, donde estuve como vicario casi dos años", rememoró.
En adelante, estuvo al frente de diferentes parroquias de la zona, como María Goretti, en Temperley, Nuestra Señora del Valle en Ezeiza, San Pedro y Pablo, en Burzaco y luego regresó a San Francisco de Paula, en Ingeniero Budge, hasta que ahora empezó un nuevo tiempo en Inmaculada Concepción.
La comunidad de Monte Grande recibió al nuevo cura con mucho entusiasmo, en una misa que contó con la presencia de una gran cantidad de vecinos y de la cual participaron también el obispo de la Diócesis de Lomas, Monseñor Jorge Lugones, y el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
"Es una parroquia admirada y respetada, la conozco desde hace muchos años desde afuera, porque era párroco vecino y amigo del padre Jorge y del padre Roberto", explicó Brítez. Y continuó: "Ahora soy el párroco y es como volver a empezar, volver a caminar otra vez, así que estoy conociendo gente, acomodando horarios y tratando de ponerme al servicio".
En esa línea, concluyó: "Confiemos en Dios, él es más grande que todos nuestros problemas y 'chiquitajes'. Para eso es necesaria mucha adoración y reflexión de la Palabra de Dios. Estoy a disposición para lo que necesiten".