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Cayó una banda que vendía anabólicos: los riesgos de un consumo cada vez más extendido

Algunos anabólicos están prohibidos en el país, pero este grupo los traía desde Paraguay para comercializarlos. Opinión de una nutricionista.

La detención de cuatro personas que integraban una banda que comercializaba de forma ilegal esteroides y anabólicos que se vendían en locales de la región, abrió una vez más el debate sobre el uso de estos productos. Son frecuentes en el caso de deportistas o personas que quieren cambiar su figura, pero su comercialización está prohibida en la Argentina.

El modus operandi del grupo consistía en adquirir esas sustancias en Paraguay, a donde eventualmente viajaban los imputados, para luego llevar a cabo su distribución y posterior venta de manera encubierta a través de las redes sociales, gimnasios y locales de suplementos deportivos.

Martina Rodríguez Rocha, nutricionista de San Vicente, en diálogo con El Diario Sur, explicó para qué sirven los anabólicos y esteroides: “Son drogas que se utilizan para mejorar la apariencia, desarrollo muscular y rendimiento. También tienen otras funciones médicas, pero en el contexto deportivo y nutricional esas son las principales funciones que buscan las personas que deciden consumir este tipo de productos”.

En ese contexto, la profesional explicó que “los que se pueden conseguir en farmacias son todos productos derivados de la hormona masculina testosterona, cada uno con diferentes dosis y nombres comerciales. Algunos son de venta libre y otros son venta bajo receta”. Y agregó: “en el consultorio no utilizo ni trabajo con este tipo de productos ni personas que lo consumen. Los suplementos y ayudas ergogénicas -herramientas que se utilizan para mejorar el rendimiento físico- estudiadas son muy pocas y se utilizan en momentos y contextos específicos”.

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En el caso de la banda que fue desarticulada esta semana, se ocupaba de vender una enorme cantidad de suplementos deportivos, hormonas para el crecimiento, anabólicos y esteroides en diferentes formatos como pastillas, polvo, cápsulas, sustancias líquidas e inyectables, entre los que se destacan la testosterona, la oxandrolona, el dianabol, el estanozolol y la metandrostenolona.

Estos productos eran vendidos al por menor en locales de Lomas de Zamora, Lanús, La Plata, Tigre y Villa Adelina, pero en todos los casos se trataba de medicamentos que se encuentran prohibidos para su venta al público por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) por el grave riesgo que ocasionan para la salud.

De ese modo, Rodríguez Rocha explicó que los anabólicos, en el caso de los que sí está permitida su comercialización, pueden utilizarse por prescripción médica “para tratar algunos problemas hormonales en los hombres, retraso de pubertad y pérdida muscular en algunas enfermedades. Las dosis utilizadas en estos casos son mucho menores a las que suelen utilizarse en el ámbito deportivo”.

Además, puntualizó que existen varias contraindicaciones al consumo indebido de esteroides y anabólicos que “van desde los menos dañinos como el acné, caída del cabello, cambios en el ciclo menstrual para las mujeres y el desarrollo de la voz grave, hasta los efectos más complicados como daños renales, alteraciones en la presión arterial, daños cardíacos y hepáticos”. “También pueden producir cambios de humor y depresión”, agregó la nutricionista.

El uso de anabólicos en el deporte

La utilización de anabólicos y esteroides es frecuente en algunos deportes como es el caso del fisicoculturismo, una disciplina en la que la imagen y la forma corporal tienen una gran importancia.

Una fisicoculturista de la región explicó a El Diario Sur que el uso de estos productos “depende si la competencia es natural o no. La diferencia está en el uso de los anabólicos”. Por lo que en algunas oportunidades está permitido, contrariamente a lo que sucede con otros deportes en los que está prohibido.

En ese contexto, señaló que existen anabólicos diferenciados para hombres y para mujeres, y que en los primeros es más frecuente. “Siempre hay daños colaterales porque esté es un deporte en el que se trabaja mucho con el cuerpo y al extremo. En cuanto al uso de estos productos todo depende de cómo se haga y de qué manera. Hay anabólicos orales o inyectables y eso también influye”, concluyó.

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