Una enfermera de Florencio Varela, luego de ser denunciada por la Municipalidad de Quilmes, fue detenida por falsificar recetas municipales con el objetivo de adquirir fentanilo y otros fármacos similares como la morfina.
La enfermera trabajaba para la Municipalidad de Quilmes, desde donde la denunciaron. Luego de ser acusada por falsificación de recetas, la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado, tras la orden de la Superintendencia de Delitos Complejos, la detuvo.
La Policía efectuó tres allanamientos de urgencia en la jurisdicción, en los cuales se incautaron cuadernos con anotaciones, 54 recetas de entrega para fentanilo y morfina, la historia clínica de un paciente consumidor de estas sustancias y un talonario de recetas supuestamente tomado del hospital Eduardo Oller. Además de muestras de fentanilo y otros analgésicos.
En la actualidad, Villagra se encontraba prestando servicios al hospital Oller, ubicado en San Francisco Solano. Según un informe policial del caso, la mujer utilizaba identidades de presuntos pacientes que nunca habían visitado el centro de salud con el objetivo de realizar "las prescripciones apócrifas, selladas y firmadas con presuntas rubricas de distintos profesionales médicos".
Consumo de fentanilo
La adicción al fentanilo es un problema que abunda principalmente en Europa y Estados Unidos, aunque de a poco se está comenzando a ver en nuestro país también, por lo que el Gobierno Nacional ya se ha encargado con anterioridad de perfeccionar y endurecer los controles a la importación y exportación de dicho material.
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA), "el fentanilo es un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero entre 50 y 100 veces más potente".
La Administración de Control de Drogas (DEA), por su parte, mencionó: "Tan solo dos miligramos de fentanilo, la pequeña cantidad que entre en la punta de un lápiz, es considerada potencialmente letal".
La situación resultó ser tan exponencial que la Oficina de Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD) advirtió que en el 2023 se registraron unas 80.000 muertes por sobredosis de este tipo de drogas solo en Estados Unidos, lo cual representa un aumento del 60 por ciento en comparación al año 2019.