Unos fuertes bocinazos irrumpieron en la tranquilidad de la tarde noche del último sábado en San Vicente. No era una emergencia ni una pelea de tránsito: era un casamiento en el que la novia decidió llegar a bordo de un camión, el vehículo por el que siente una pasión que se le transmitió a través de su familia.
Una novia de San Vicente llegó a su casamiento en camión: "Lo llevo en la sangre"
Fue este sábado a la tarde noche en la parroquia de San Vicente. La historia de Leila Guidobono: “Me crie entre los camiones”.
La novia camionera se llama Leila Guidobono y tiene 32 años. En el altar la esperaba Javier Romero. Están juntos hace nueve años y decidieron dar el sí en la Parroquia de San Vicente Ferrer, donde viven “de toda la vida”. Con el camión le pusieron el broche a su historia de amor.
“Yo siempre soñé con casarme y siempre dije que iba a entrar en un camión. En mi familia son todos camioneros y yo amo los camiones. Lo tenía decidido”, contó Leila en diálogo con El Diario Sur.
Su hermano Leonel la pasó a buscar en el camión Iveco por el salón de belleza donde terminó de prepararse. Dieron una vuelta por el pueblo, con fuertes bocinazos. Hasta que llegaron al frente de la Parroquia y de la plaza, donde se amucharon decenas de vecinos y vecinas para ver la ceremonia. Allí la esperaba su papá, Gustavo Guidobono, que la acompañó hasta el altar.
“La verdad que me la pasé llorando de lo emocionada que estaba. Fue todo muy lindo y estaba muy nerviosa. Mi hermano también estaba muy nervioso. La verdad que sigo emocionada. La gente me llenó de halagos, sobre todo con la entrada que les pareció muy original”, relató la novia.
Sobre su vínculo con los camiones, Leila sostuvo: “Yo trabajo de otra cosa pero me encanta manejar y tengo registro profesional. Los fines de semana o en vacaciones, cuando puedo, manejo, porque es lo que me gusta. Lo llevo en la sangre. Mi abuela, mi abuelo, todos manejaban. Y mi novio también es chofer”.
Y agregó: “Yo me crie en los camiones. Mi papá toda la vida fue camionero y mi mamá me cuenta que cuando yo era chiquita me cargaban en un catre y me llevaban en el camión, y me calentaban la mamadera en la garrafita”. De la cuna al casamiento, Leila, siempre, arriba del camión.
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