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Verdiblanco campeón: el Social tuvo su fiesta en el Deportivo en la final histórica

Se impuso por 84 a 68 con oficio y volvió a ganar la Liga de Esteban Echeverría. Un festejo enorme.

El Social se dio el gusto. Logró pintar de verde al Club Deportivo y celebró un nuevo campeonato en la Liga de Esteban Echeverría en el marco de una definición memorable ante su rival de toda la vida.

Fue una final atípica. El primer tiempo se jugó el domingo último y no se pudo seguir por la humedad de la cancha. Fue 25 a 28 pero ya se perfilaba como el futuro ganador.

En la noche de este miércoles el Verdiblanco sacó a relucir el oficio y su generación dorada levantó su décima copa. En San Vicente. Hubo triples agónicos, corridas memorables y aguante. Pero sobre todo, la mística de una generación que no se agota y nunca pierde las ganas de ganar. El resultado final fue 84 a 68.

Los capitanes de la victoria fueron los de siempre. Leo Soto, imparable. Manuel Rioyo, con mucha actitud y precisión. Pipi D´Ambrossio, el histórico que además se colgó la medalla de sacar de la cancha a un hincha molesto. Sergio Pupilli, "el alma del equipo", como lo definieron sus compañeros. Germán Lede, un ganador inoxidable. Todos aportaron: Descalzo, Telechea, Frisa, Freije, Ferraiuolo, Galichio y Martínez.

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Y los hinchas, también entrenados en el oficio de alentar en instancias decisivas, deliraron. Nuevamente, coparon buena parte del Deportivo y no dejaron de hacerse sentir a lo largo de las dos horas en las que se extendió el encuentro. Lo mismo ocurrió del lado de los sanvicentinos: su gente siguió alentando aún cuando ya no había chances.

Ante la contundencia del campeón, el Deportivo estuvo errático. Falló en casi todos los libres. No pudo encontrarse con el básquet de excelente nivel que mostró a lo largo de todo el año. Agustín Pré, Franco Fernández y Rodrigo Malcorra dieron las mejores muestras de caracter. Tomás Pré volvió a dejar en claro por qué la tribuna grita su nombre cada vez que tiene la pelota. Bruno Romano, el refuerzo, no estuvo en su nivel, aunque fue clave para llegar a la final.

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La derrota no empaña el gran año que tuvo el Depo, el mejor de su historia, tal como se encargaron de resaltar sus jugadores y el técnico Toti Coz. Esta fue su tercera final consecutiva, algo impensado para un equipo que hasta hace poco tiempo atrás estaba en la B de la Liga de Esteban Echeverría. Se dieron el gusto de jugar el Provincial y mostraron que no se trata solo de una racha, sino de un proceso exitoso.

En el encuentro también estuvo en juego la Copa Ciudad de San Vicente, organizada por el área de Deportes del Municipio.

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